El proceso de restauración se inició mientras los propietarios aún vivían en África. Las obras fueron lentas pero con la ayuda del constructor Luis García Diez de Sollano, que se volcó en la rehabilitación y se convirtió en embajador de todos los deseos de Pamela y Juan Manuel, todo salió redondo. Sofá blanco y alfombra Alhede de Ikea. Las butacas grises con reposapiés proceden de Entredos.