Los pensamientos me vuelan en la mente, le echo la culpa a las mariposas, a veces a mi hambre de tu recuerdo, o simplemente a beberme tus palabras de amor ya muertas. E inevitablemente llega el insomnio, mis noches de desvelo, en dónde la madrugada avanza de a poco con el hambre de tus besos y unas ganas locas de tenerte entre mis brazos; es así como se me va el sueño, así pasa la madrugada hasta llegar el amanecer. Leregi R.